lunes, octubre 24, 2005

¿Se paga por la obra o por el proceso de producción de la obra? Preguntas erróneas sobre el negocio de la música

Para mí es evidente. Debería pagarse por la obra.

Esa frase tan recurrente de que los discos de música son caros porque tienen que comer las familias del autor, del intérprete, de los músicos, de los coreógrafos, de los ayudantes de producción, de los representantes del artista, de los responsables de las campañas de promoción, del peluquero de los perros... es poco menos que absurda.

Yo cuando voy al supermercado compro leche y no una participación de la vaca. Algo parecido a una cooperativa le compra la leche al ganadero. La procesa de alguna forma, le incrementa el precio y se la vende a una distribuidora. Ésta la envasa, la etiqueta, la promociona, le incrementa el precio y la distribuye a los supermercados a los que sirve. Éstos la colocan en sus estantes, le incrementan el precio y se la venden al consumidor. ¿Y voy a ser yo el responsable de que el ganadero no gane para vivir más cómodamente? ¡Venga ya!

Participo en una cadena, pero no tengo que considerarme responsable de ella. Si yo tengo algún problema con un producto, hablo con la tienda donde lo compré. Es su problema solucionarlo. O lo hacen o les denuncio, no hay término medio porque han aceptado las reglas del juego llamado mercado. Y lo intentan arreglar (en el mejor de los casos) hablando con el siguiente eslabón de la cadena. Pero eso a mí ya no me interesa. Para mí el asunto es algo personal entre el vendedor y yo.

Y en la música, querido, eso supone que yo no tengo la culpa de que hayas querido contratar a un cotizadísimo genio para hacer tu videoclip. O de que tengas que pagarle un riñón nuevo a tu representante. O que tengas que invertir millones para lavar tu imagen en una campaña publicitaria. Eso tiene que salir de tu bolsillo. Es lo justo. Yo pago por un disco, y no me importa cómo lo hayas hecho. Si es bueno te aplaudo. Si no, olvídate de mí. ¿O es que el precio final que me cuesta va a depender de mi situación económica y familiar? Pues eso.

Además, la música tiene una ventaja sobre el negocio de la leche. Un ganadero sólo puede vender lo que tiene. Pero un disco se puede replicar miles de veces a un precio insignificante. Así que, si el ganadero tiene que recuperar su inversión en cada producto que pone a la venta, en la música la inversión importante es para el primer ejemplar, y puede recuperarse poco a poco entre todas sus copias. Cuantas más se vendan, menos cuesta por copia recuperar el dinero.

Con respecto a la pregunta planteada al principio, hay un experimento muy sencillo que podéis hacer. Buscad dos supermercados dentro de la ciudad con distinto número efectivo de empleados (contad en un momento concreto la gente que está trabajando en caja, en la pescadería, carnicería, frutería, reponiendo, vigilando...). Mirad el precio del mismo producto en ambos centros. ¿Es más caro donde hay más gente trabajando? Difícilmente. Incluso es probable que sea más barato en el supermercado más grande porque sus productos tienen máyor volumen de ventas y eso va a ser considerado por su mayorista como positivo.

Pero eso es inconsistente con el razonamiento de que hay que subir el precio para darle de comer a más gente. ¿Se puede sacar alguna conclusión de ello?