lunes, abril 24, 2006

Adiós

Adiós. He cerrado este blog definitivamente.

No he aguantado el primer año, no he llegado a las cincuenta entradas, no he tenido lectores, no he dicho nada especialmente inspirado, no he revolucionado el mundo... Pero lo considero un experimento finalizado en lugar de un fracaso. Lo comencé por necesidad, lo continué por diversión, me molestó que se empezara a volver importante el escribir en él, y ahora lo cierro porque se ha vuelto una carga.

Y así vuelvo a ser consumidor pasivo de la blogosfera, donde existen muy buenos escritores. Leeré, compararé y comentaré en el mundo real (TM) y virtual, pero sin la necesidad compulsiva de buscar algo que escribir todas las semanas para un público anónimo. Sé que ha sido culpa mía por no elegir un tema lo suficientemente atractivo, por no escribir como un Nobel de literatura, por no publicitarme lo suficiente, por no intentar las conversaciones distribuidas entre varios blogs... Tal vez dentro de un tiempo lo intente de nuevo aunque parece que la bitácora simplemente no es mi formato. Suerte a los que se mantienen.

Blogosfera, estaré por ahí por si me necesitáis.
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El cementerio de las entradas posibles

Existen un montón de ideas que nunca pasarán a tomar forma como entradas de un blog. No es que sean intrínsecamente malas, incluso ésas se publican en algún sitio, sino sólo que llegan en mal momento. Mala suerte, o se adelantan a su tiempo o los acontecimientos inmediatos las vuelven obsoletas, pero así es la vida. ¿Y qué sucede con ellas, pobres ideas descartadas? Que se deprimen, se dan a los vicios y van a morir en solitario al cementerio de las entradas posibles.

He rescatado algunas que estaban ya a punto de desaparecer. Si quiero cerrar este blog, antes debería darles una última oportunidad.


Redes locales de expertos

¿Nunca os ha pasado que se os ocurre una idea interesante, la desarrolláis en silencio, cuidándola, mimándola, y de repente todo el mundo habla de ella porque una empresa la redescubre como propia ? No es porque os la hayan robado, sino más bien que la sociedad estaba ya madura para ella y se le ha ocurrido de manera natural a un montón de gente casi simultáneamente. Me ha sucedido ya dos o tres veces, y antes de que me vuelva a pasar os adelanto que la próxima revolución de Google (o así se me ocurre a mí) debe incluir dos caminos aún no explotados.

Por un lado las redes locales de expertos, es decir, que cuando no disponga de la información que solicites te va a redirigir a aquellas instituciones o personas del mundo real (TM) en tus proximidades que presumiblemente dispongan de ella, tal como ha deducido por los temas en que son expertos. Es decir, que buscas algo sobre la configuración de video de tu máquina Linux y, además de la solución, te señala la existencia de un LUG en tu misma ciudad. O que buscas algo sobre un tema especializado del que sólo tiene generalidades y te proporciona el correo electrónico de un experto para que le preguntes directamente (o lo hace él automáticamente para obtener nueva información).

Por otro lado, las búsquedas dentro de los libros permitirán que puedas preguntarle a Google porqué el personaje X de la novela Y de Ágata Christie no era sospechoso del asesinato de Z, que no lo terminas de pillar, y te responderá que en ese momento estaba en la ciudad A, a un montón de quilómetros de la escena principal. Es decir, que podrá leer un libro e ir construyendo un esquema de las acciones que se cuenten en él para responder a preguntas complicadas (hasta ahora sólo puedes preguntar ¿en qué página aparecen las palabras "sospechoso de asesinato"?). O en libros técnicos le podrás pedir que te repita ejemplos concretos con nuevos datos (¡libros programables!) para terminar de comprenderlos.


Funcionarios

Hace poco se ha hablado del Plan Concilia donde se ofrecen algunas ventajas a los funcionarios para que puedan compatibilizar trabajo y vida familiar. No está mal. El Estado como empleador cuida a sus empleados, y como no tiene que sacar beneficios (aunque tampoco busca la quiebra) se permite el lujo de tratarlos como personas. Ojalá las empresas lo imitaran.

Pero aún hay algo más que podría hacer el Estado para dar ejemplo: sustituir los funcionarios por contratados indefinidos.

¿Qué son los funcionarios después de todo? Contratados de por vida, con algunos problemas de congelación de sueldos. Es obsoleto e innecesario el tener que definir un modelo especial de trabajador con privilegios especiales y reglamentación específica sólo para las administraciones públicas. No hay nada nuevo. Así que sólo se trata de cambiarles el nombre para que en algún momento en algún contrato lo de indefinido signifique de por vida en lugar de hasta que me dé la gana. Sueldo, horas extra, días de permiso, despidos, indemnizaciones... lo normal. El Estado pasaría a ser un patrón permisivo (a través de una oficina de recursos humanos), pero no estúpido; el que no rinda, se va a la calle.


La ventaja de un canal de distribución gratuíto

Poco más se puede decir de esto. El P2P crea un canal de distribución gratuíto. Los empresarios del monopolio musical existente en España necesitan controlar todos los canales de distribución para poder imponer sus condiciones abusivas, así que lo persiguen por todos los medios; en España es legal descargar música o videos de Internet si no hay ánimo de lucro porque está protegido por la figura legal de la copia privada, pero nadie lo diría viendo los comunicados de prensa de ese monopolio o los de sus medios afines (que son muchos, porque el dinero llama al dinero). Es un tema en el que directamente se intenta promover la confusión.

El software, sin embargo, sigue otras normas, así que es ilegal descargar de Internet un programa informático si no eres el propietario legítimo del mismo. Por tanto, poner o sacar software de una red P2P puede ser considerado como piratería (es un poco más complicado porque no hay ánimo de lucro, pero sigue siendo ilegal). Sin embargo también sirve como un canal de distribución legal.

Y no descubro nada si digo que la piratería de software es una de las formas en que se establecen monopolios de facto en el uso de programas concretos. Por ejemplo, yo no conozco a ningún particular que se haya comprado el paquete ofimático Microsoft Office y sin embargo todo el mundo lo utiliza. En la universidad, porque hay una licencia campus, y en sus casas, quién sabe: lo más probable es que fuera un regalo de la tienda donde se compró el ordenador. Y AutoCAD, Photoshop, Omnipage, juegos... ¿alguien compra más juegos de los que piratea? Y eso que la industria del videojuego en España superó el año pasado los 500 millones de euros de beneficios, o un número similar.

Sí, sí. Mucha tolerancia cero contra la piratería, pero si de verdad quisieran las empresas de software podrían establecer esquemas de distribución sin posibilidad de copias piratas, la situación actual de la criptografía combinada con la ubicuidad de Internet lo permite. Simplemente no merece la pena matar a la gallina de los huevos de oro.


Blogosfera inculta

La blogosfera hispana que yo conozco está centrada en unos pocos blogs relevantes, de temática variada aunque predominando la vertiente tecnológica, que visito al menos una vez cada dos días (no me gustan los lectores de feeds) y que pueden ser tanto bitácoras personales, bitácoras colaborativas o portales de noticias. A veces son muy profesionales y a veces no tanto. Me lleva prácticamente dos horas echar un vistazo a todas ellas, y eso gracias a que Firefox me las abre en pestañas en un sólo gesto, pero no lo considero como tiempo perdido. Estoy satisfecho de ellas, aunque cada vez más encuentro las mismas noticias en varios sitios.

Pero sí que hay un detalle que me cuesta muchísimo aceptar, y que cada vez que lo encuentro es que me rechinan los dientes. No soporto las faltas de ortografía tan exageradas que aparecen en las noticias y en los comentarios de esos blogs. ¡Por favor! Esos errores son infantiles y yo dejé de cometerlos en primaria. Puede que te cueste distinguir entre "porque", "porqué", "por que" y "por qué", pero escribir por error "... agrupada entorno a..." o "...voy haver si se puede..." o "... a sido..." es difícil de asimilar. Leed más, o seguireis siendo incultos de por vida. Por favor, soy de ciencias, pero el desprecio por el idioma es un crimen en vuestro caso: sois demasiado visibles.

Estoy escuchando música rap por la ventana abierta. Me he dado cuenta de que hoy día incluso el conocer suficiente vocabulario se ha convertido en una especie de arte.
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Todos llevamos dentro un pequeño mirón

En poco tiempo he visto coincidir un par de noticias sobre experimentos/descubrimientos en el proceso de aprendizaje que encuentro interesantes (si los encuentro, los enlaces irán en los comentarios). En el primero comparaban la habilidad de chimpancés y la de niños de hasta cuatro años. Para ello creo que les proporcionaban unas cajas con multitud de palancas, y les enseñaban una serie de movimientos que actuaban como combinación para que se abriera y pudieran acceder a su interior (no recuerdo qué contenían). Una vez aprendían a abrirla, se las sustituían por cajas similares de paredes transparentes de manera que se podían ver que algunos movimientos que habían aprendido no hacían nada en el resultado final. Los chimpancés empezaban abriendo las cajas tal como habían aprendido, pero al ver cómo actuaban poco a poco iban eliminando aquellos movimientos superfluos del proceso. Los niños, sin embargo, repetían los mismos movimientos una y otra vez. Esto lo han relacionado con la idea de que el hombre, como constructor de herramientas, tiene que aprender a usarlas antes de entender cómo funcionan.

Sólo con eso ya se pueden sacar algunas ideas: los seres humanos aprenden por imitación. Caballero, no cruce con el semáforo en rojo aunque le dé tiempo de sobra porque los niños lo están observando. Señora, póngase los guantes higiénicos antes de tocar la fruta en el supermercado que no está sola en el mundo. Señor, señora, no se arroja nada al suelo desde que existen las papeleras, no se discute a voz en grito en medio de la calle por muy enfadados que estén, uno no se cuela en una fila, no se habla mal de alguien cuando está ausente y se le sonríe cuando está presente... ¿No se dan cuenta de que dan mal ejemplo a sus hijos, y lo que es peor, a los míos? Si viven en comunidad, hagan el favor de responsabilizarse de sus actos.

El segundo experimento venía a decir que las personas más inteligentes tienden a filtrar la información que reciben más y mejor que el resto de los mortales. Es decir, que inconscientemente son capaces de decidir inmediatamente qué es importante y qué no de todo lo que tienen delante, para centrarse conscientemente en lo primero. Y ese proceso selectivo mejora su capacidad de atención. Perdonen, pero esto no es nuevo. Hace ya mucho que se sabe que los ajedrecistas profesionales son capaces de memorizar un tablero en un sólo vistazo si y sólo si es resultado intermedio en una partida, mientras que tardan lo mismo que los demás si las piezas se colocan al azar porque son capaces de reconocer la estrategia posicional y memorizarla en lugar de tener que recordar las piezas individuales. Probablemente sea también reforzado por la experiencia, ya sea real o simulada, en plan acción-resultado-realimentación: que el descarte de información fue adecuado, pues la próxima vez se repetirá con mayor seguridad; que fue incorrecto, pues ya se probarán variaciones. Es decir, que la información que nos asalta es filtrada en lugar de ser memorizada. Eso es necesario para ir evaluando sobre la marcha cada acto de forma independiente y al mismo tiempo en relación con los demás. Somos expertos inconscientes en ello. Junto al mirón, todos llevamos dentro un pequeño Google.

Un tercer experimento con ratas indicaba que los mismos caminos neuronales se activan cuando se resuelve un laberinto, y también cuando sólo se recuerda el laberinto (al recordar se desactiva la conexión con la musculatura); que cuando se ha terminado el laberinto, la rata recorre en sentido inverso ese mismo camino neuronal para podar todas aquellas decisiones que no han aportado nada a la resolución, y quedarse sólo con el esquema. Un cuarto experimento con monos parece indicar que las neuronas espejo están directamente involucradas en el proceso de aprendizaje: que si un mono veía a alguien tomar un helado, se activaban los mismo caminos neuronales en el sujeto que realizaba la acción y en el mono que la observaba. ¿Y ese otro que mostraba una remisión del dolor en las personas con graves quemaduras cuando se miraban en un espejo trucado de manera que se veían de cuerpo entero normal y sin marcas? Y se me olvida algún otro que tenía preparado...

Éstas últimas no tienen aplicación práctica directa en la educación cívica, pero me parecía interesante comentarlas porque refuerzan la idea de que somos máquinas biológicamente diseñadas para aprender por observación, que hay neuronas con la única función de fijarse en lo que hacen los demás y simularlo en el propio organismo (algo así como intentar conectar empáticamente con lo que hacen otros, intentar sentir lo que otros cuando hacen lo que hacen), pero de manera que sea una experiencia provechosa para nosotros, que las experiencias de segunda mano son aprovechables si las vemos, en vez de si nos las cuentan.
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No todo es el dinero

Cuando cambié hace un año de contrato de teléfono de Movistar a Vodafone, tuve que confirmarlo por teléfono y luego aguantar la encuesta de atención al cliente. ¿Cambia de tarjeta a contrato? ¿Conoce nuestro contrato xxx? ¿Vodafone le ofrece un terminal nuevo? ¿Y porqué cambia de compañía de teléfono? En ese momento lo único que pude decirle a quien me preguntaba fue algo así como No es cuestión de dinero. Como cliente siento que Movistar me está tomando el pelo, que una empresa tan grande puede hacer mucho más por mí, pero que se contenta con igualar las ofertas de la competencia porque sólo soy una abstracción para ella. Hubo un momento de silencio mientras la entrevistadora supongo que buscaba la casilla de razones éticas en su formulario, y al no encontrarla sigue con el guión que le han enseñado... Sólo por haber sido tan buen cliente podríamos hacerle una oferta especial para su contrato telefónico... ¡Ah! ¡Es que no piensan! ¡Acaban de insultarme! Quieren que renuncie a mis objetivos por dinero. Le he dicho que no los aguanto, que es su actitud lo que me impulsa a abandonarlos, y contestan intentando... comprar mis convicciones.

Sé que no es culpa de la telefonista, que tiene que seguir fielmente el guión que le dan. Pero me fastidia esa actitud empresarial que sigue considerando que el cliente busca ante todo un mejor precio, que si se vende a 99.99 siempre superará a quien lo ofrezca a 100 aunque luego trate a patadas al consumidor. Se siguen preguntando ¿pero porqué se queja si es más barato? El dinero es lo más importante en la empresa. Todo se reduce a costes de producción y beneficios, y los sueldos entran en el primer apartado. Así contratar a la mayor cantidad de gente lo más barato posible es siempre lo más adecuado, porque se traduce en más producto para vender. Es una pena que la gente también se desmotive rápidamente, porque para el currante la ética en el puesto de trabajo es un lujo. ¿Se puede dejar un trabajo porque no estés de acuerdo con la empresa? Para mí que no, que la economía no está como para permitirte ser consecuente contigo mismo. Mejor trabajar y ya se eliminarán frustraciones con la tele y el fútbol.

Posibles alternativas que podrían probarse experimentalmente en algún negocio son, por ejemplo, la tremendamente exitosa visión japonesa de la empresa donde el trabajador la considera como un miembro más de la familia y trabaja con gusto para que se desarrolle, donde las situaciones incómodas entre compañeros se evitan al igual que se evitan entre familiares (a fin de cuentas trabajan allí de por vida), donde los subordinados no ponen la zancadilla a sus superiores y éstos no desprecian a los primeros por inútiles (todo el mundo hace lo posible), donde no se busca sobresalir individualmente sino como equipo. O también la tremendamente exitosa visión empresarial de Google, donde lo que motiva no es el sueldo (que también) sino el hecho de poder trabajar con la gente más inteligente posible en herramientas que pretenden cambiar el mundo, estar entre iguales en definitiva.

En resumen, que no todo es dinero. Que también existe... existe... ¿cómo se llamaba?... ¿la vida?
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