lunes, octubre 24, 2005

La ilusión del dinero infinito

Otra de esas gloriosas frases recurrentes en el negocio de la música, “un disco descargado de las redes entre pares es un disco menos que se vende en las tiendas”.

Claro, claro. Sólo un pequeño detalle que aportar a la discusión, basado en mi experiencia personal. Estoy acostumbrado a recorrer las ferias del libro antiguo o de ocasión y de segunda mano para comprar literatura de evasión, una vez al año, dos, en el mejor de los casos, y entonces me hago con una docena de libros. No son especialmente buenos, con excepciones, pero son baratos y me sirven para pasar el rato. Aún así a veces me encuentro un ejemplar especial que me apetece leer porque me han hablado muy bien de él, o porque trata un tema que me interesa, o porque he leído otros del mismo autor y quiero arriesgarme, pero el precio todavía es muy alto. ¿Qué hago? Pues me fastidio y no lo compro.

Entendámosnos. No es por falta de dinero, aunque mi sueldo no es ninguna maravilla y pago alquiler, sino por el valor que le doy yo a mi tiempo de ocio. Es decir, que aunque tenga el dinero suficiente, no me permito el lujo de gastar treinta y cinco euros en un libro que no necesito, por mucho que me apetezca, porque hay otras cosas más importantes a las que destinarlo. Puedo esperar un año más a que baje más de precio o a que deje de interesarme. Paso con libros de hasta diez euros y dejo los otros para cuando necesite darme un capricho. Naturalmente, sería distinto si no tuviera problemas de liquidez, si dispusiera de dinero infinito para dedicarlo a mi ocio. Entonces podría olvidar los libros de segunda mano y de mirar los precios antes de comprar, e incluso perdería capacidad de discriminación y me permitiría libros que sé buenos, libros que supongo buenos, libros que desconozco, o que me llaman la atención por el nombre del autor o por el diseño de su portada o por el tipo de letra o... Es decir, que el tener una cantidad limitada de dinero es lo que determina los libros que compro y, por supuesto, intento elegir los mejores.

Eso mismo veo que pasa con la música. Si alguien dispusiera de dinero infinito, se hubiera comprado ya todos los discos que ahora se descarga en las redes porque su economía no se resentiría. Pero en el mundo real las personas se manejan con una cantidad limitada de recursos, así que poca gente puede aspirar a todo lo que le apetece. Tiene que elegir comprar sólo lo mejor. Y hoy día para mí no es tan sencillo elegir un disco de música que no me deje la sensación que me están estafando. En la calidad del contenido, quiero decir.

Así que cuando han aparecido los contenidos de los discos en las redes entre pares, sin coste, la gente puede vivir la ilusión de dinero infinito: descargar todo lo que le apetece sin necesidad de limitarse y discriminar... pero eso no supone pérdidas al mundo real en una proporción uno a uno como me quieren hacer creer. Porque no se hubieran vendido todos ellos, sino sólo los mejores.

Es decir, que si lleno tres discos de música descargada de Internet con la discografía de un grupo que en toda su carrera ha sacado diez discos y cuatro recopilatorios, es porque probablemente tenía tres euros para gastar, el precio de los cds que he comprado, en vez de los más de doscientos que me costaría la colección completa. Esa es la pérdida para la industria musical. Tres euros. Y por ese dinero no me hubiera podido comprar siquiera uno de los discos. Entiéndelo. No podía haber pagado la colección completa, así que no es una venta perdida, sino una ganancia en publicidad, en clientes para los conciertos. O para los discos, si alguna vez me los pones a un precio asequible.

Con lo que tienes que quedarte, querida industria musical, es que únicamente tengo para gastar una cantidad finita de dinero. Y si con ella puedo elegir entre escuchar cien discos o escuchar sólo diez, me quedo con la primera opción. Por mucho que te moleste y que me grites. Es una cuestión de números.

2 Comments:

Blogger marcos said...

¡Joder! Diez horas con el blog y ya tres comentarios de spam que he tenido que borrar.

11:40 a. m.  
Blogger marcos said...

Acabo de encontrar un enlace que cabe en esta anotación, vía escolar.net, de una sentencia en Alicante.

El juez sostiene que «presumir que cada venta de un CD en un top manta supone que el titular del derecho vende un CD menos no se sostiene desde los fundamentos de la teoría económica, según los cuales el menor precio en la oferta hace aumentar la demanda»

11:49 a. m.  

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