Mi querida ciudad digital
Hoy toca un ligero apunte tecnológico. En un momento anterior de la corta historia de este blog, dije que se me ocurrían un montón de cosas de las que una ciudad permanentemente conectada a internet con Wifi/WiMax urbano se podía aprovechar para mejorar el servicio a sus ciudadanos, y me quedé tan tranquilo. Bueno, como hoy no me apetece hablar de un tema mejor, voy a compartir algunas de ellas. No son extravagancias que requieran de inmensas inversiones o de algoritmos imposibles, sino que son posibilidades reales realizables más o menos con la tecnología de la que disponemos ahora mismo. Lo pediré estas navidades en mi carta a los Reyes Magos, a ver si hay suerte.
Servicios tradicionales. En la ciudad digital que yo quiero supongo ya consolidados los actuales servicios de internet para uso personal, y que la existencia de conexión por todas partes facilita el acceso cuando se quiera y donde se quiera. Entre ellos están la búsqueda de información, lectura de periódicos, publicación de blogs, archivo fotográfico personal, consulta del correo, servicio de telefonía por internet... esas cosas. Y los siguientes servicios para el comercio local, administración, ocio personal y turismo.
Me gustaría que cada comercio de la ciudad pudiera indicar en alguna base de datos qué tipo de mercancías o servicios vende, y que pudiera actualizarlo en cualquier momento, para indicar existencias agotadas o productos en oferta, horarios de guardia, o lo que corresponda. Y que esos datos se almacenaran en una base de datos espacial (un GIS). Así, un usuario cualquiera podría localizar qué tienda es la más próxima para ir a buscar fruta de temporada, o un sastre, o una farmacia abierta de guardia un domingo, y lo más importante, a qué precio. Serían como las páginas amarillas, pero más interactivo.
Una herramienta GIS similar a la usada antes facilitaría la búsqueda de pisos en venta o alquiler en la ciudad, mostrando cuáles hay disponibles e información sobre las condiciones de contrato, de manera que se pueda decidir cuál nos conviene evaluándolas de acuerdo a su situación geográfica en la ciudad, proximidad a tiendas, al lugar de trabajo, a colegios, a calles de mucho tráfico, a obras que se ejecuten en la actualidad, al río... Sería posible también reconstruir la vista desde sus ventanas para, con su orientación, calcular la insolación que recibe, por ejemplo, y sus necesidades de calefacción. Y como para a partir de cuatro fotos de una sala existen algoritmos para hacer una reconstrucción tridimensional, pues se fotografían todas las habitaciones y ya se dispone de una visita virtual por la casa. Y todo eso sin molestos intermediarios que reciban comisión.
Los vehículos para servicio público, taxis, autobuses, ambulancias, bomberos y similares (no, la policía no), estarían equipados con sistemas de GPS para que cualquiera pueda situarlos en un mapa y sepa cuánto tiene que esperar hasta que lleguen. Los asistentes digitales personales podrían utilizar sistemas GPS públicos para hacer triangulación (si no disponen de uno incorporado) y programar alarmas cuando se acerque a localizaciones concretas (acuérdate de comprar huevos si pasas cerca de un super, cariño)..
Si el ayuntamiento se preocupara un poco también podría subir a esa base espacial información sobre las obras que se llevan a cabo en la ciudad, duración estimada y los carriles cortados que implican, y el estado del tráfico actualizado, para que los conductores o un sistema experto puedan calcular rutas alternativas. El problema del tráfico en las ciudades modernas es importante, pero podría ser controlado utilizando cámaras web para que un sistema de visión detecte y calcule el flujo de vehículos, y algoritmos de reconducción del tráfico lo desvíen por otras rutas si está próximo a saturar las vías. Es decir, que los semáforos podrían controlarse en base a las necesidades de coches y peatones, y no necesariamente con un ritmo regular, y además podrían mostrar otras informaciones a los conductores, indicando desvíos abiertos, por ejemplo.
Deberían publicar sus cuentas de gastos detalladas para que cualquiera pueda auditarlos. Deberían publicar la agenda del día con los actos públicos programados. Se promocionarían los periódicos, radios y televisiones por internet con contenidos locales, cubriendo actos públicos, oficios religiosos, competiciones deportivas locales, sesiones del ayuntamiento, y todas las noticias que sean de interés ciudadano. También promoverían almacenes de información digital para servicio a la comunidad: docencia, investigación, documentación, hilo musical... Y un grid de computación intensiva para ejercicios importantes de diseño industrial, análisis de estructuras, predicción meteorológica o cine digital.
Por supuesto, habría teletrabajo y educación a distancia, teledocencia, proporcionando acceso a otros recursos como cursos de formación en el horario elegido, acceso a los contenidos digitalizados de la biblioteca municipal, a una pinacoteca de alta resolución, audioteca, videoteca, almacén de fotografías públicas, almacén de software... Otros servicios remotos serían la teleasistencia a enfermos en el hogar desde un centro hospitalario, o la televigilancia nocturna de locales desde una empresa de seguridad. También las empresas de nueva creación podrían recibir teleasistencia legal y contable via web por parte del ayuntamiento durante los primeros años.
Los libros podrían ser impresos cuando fueran comprados en la librería, y encuadernados al momento delante del cliente, evitando problemas logísticos de almacenamiento de ejemplares o problemas de suministros. Los periódicos y revistas podrían ser impresos en lotes pequeños, para evitar esos mismos problemas, y servidos al momento. En cualquiera de esos dos ejemplos, el precio del ejemplar estaría más relacionado con el precio del soporte (papel, tinta) que con el precio del contenido.
Me gustaría ver la red preparada para un servicio de vídeo bajo demanda, donde la televisión que se está emitiendo por canales públicos es almacenada durante una temporada y etiquetada para su búsqueda (y la publicidad es suprimida), para que se puedan consultar los capítulos anteriores de cualquier serie en el momento que se decida, o poder ver una película en directo y ver más tarde el programa que se emite simultáneamente evitando la tiranía de la contraprogramación. Naturalmente, el mismo sistema serviría para poder acceder al videoclub desde casa: pagas y te descargas la película elegida sin problemas de disponibilidad de los títulos porque no hay ejemplares físicos.
Otros servicios que pueden ser de utilidad, sería un servidor de certificados para promocionar la firma digital. Con ello se posibilitaría llevar la ventanilla única de la administración a casa, pero de verdad, realizando todos los trámites con la mayor comodidad, sin tener que hacer colas, faltar al trabajo para recoger papeles, ir a sellarlos a distintas oficinas y volver para entregarlos dos horas después acompañados de una docena de fotocopias. Tampoco habría horarios de atención al público. También facilitaría la compra por internet en el comercio local, asignándoles a una identidad virtual (apoyada en un certificado digital) una cuenta con dinero virtual en algún sitio de confianza, tal vez un banco, y promocionando los micropagos entre ciudadanos. Un ejemplo, compra e impresión de entradas de espectáculos desde casa, o billetes de transporte. O compra a distancia en comercios que lo permitan, como supermercados con servicio a domicilio.
Para el turista, mapas de la ciudad con las líneas de comunicaciones y sus horarios, guías turísticas actualizadas constantemente para llevar en un asistente personal digital, algoritmos de reconocimiento de edificios para no perderse aún sin GPS y además obtener información histórica de cualquier punto de la ciudad, o visitas virtuales a cualquier museo que no haya tiempo de visitar.
Cámaras en la calle podrían servir como apoyo a la conducción, detectando automáticamente obstáculos, peatones cruzando o accidentes de cualquier tipo, llevando en el futuro a autobuses sin conductor. También podrían utilizarlas los peatones, si hubiera balizas de posición que avisaran de peculiaridades en el camino, para conducir automáticamente una silla de ruedas, para un lazarillo electrónico para los invidentes, para un carrito de la compra motorizado para personas mayores... Aunque también pueden tener otros usos, como el reconocimiento y seguimiento automático de personas por toda la ciudad (reconocimiento de caras y ropas), para que si hay una relación de confianza una persona pueda preguntar dónde está su marido o puede pasar a modo anónimo. O serviría para que la policía pudiera vigilar que se cumplen las órdenes de alejamiento entre personas.
Servicios tradicionales. En la ciudad digital que yo quiero supongo ya consolidados los actuales servicios de internet para uso personal, y que la existencia de conexión por todas partes facilita el acceso cuando se quiera y donde se quiera. Entre ellos están la búsqueda de información, lectura de periódicos, publicación de blogs, archivo fotográfico personal, consulta del correo, servicio de telefonía por internet... esas cosas. Y los siguientes servicios para el comercio local, administración, ocio personal y turismo.
Me gustaría que cada comercio de la ciudad pudiera indicar en alguna base de datos qué tipo de mercancías o servicios vende, y que pudiera actualizarlo en cualquier momento, para indicar existencias agotadas o productos en oferta, horarios de guardia, o lo que corresponda. Y que esos datos se almacenaran en una base de datos espacial (un GIS). Así, un usuario cualquiera podría localizar qué tienda es la más próxima para ir a buscar fruta de temporada, o un sastre, o una farmacia abierta de guardia un domingo, y lo más importante, a qué precio. Serían como las páginas amarillas, pero más interactivo.
Una herramienta GIS similar a la usada antes facilitaría la búsqueda de pisos en venta o alquiler en la ciudad, mostrando cuáles hay disponibles e información sobre las condiciones de contrato, de manera que se pueda decidir cuál nos conviene evaluándolas de acuerdo a su situación geográfica en la ciudad, proximidad a tiendas, al lugar de trabajo, a colegios, a calles de mucho tráfico, a obras que se ejecuten en la actualidad, al río... Sería posible también reconstruir la vista desde sus ventanas para, con su orientación, calcular la insolación que recibe, por ejemplo, y sus necesidades de calefacción. Y como para a partir de cuatro fotos de una sala existen algoritmos para hacer una reconstrucción tridimensional, pues se fotografían todas las habitaciones y ya se dispone de una visita virtual por la casa. Y todo eso sin molestos intermediarios que reciban comisión.
Los vehículos para servicio público, taxis, autobuses, ambulancias, bomberos y similares (no, la policía no), estarían equipados con sistemas de GPS para que cualquiera pueda situarlos en un mapa y sepa cuánto tiene que esperar hasta que lleguen. Los asistentes digitales personales podrían utilizar sistemas GPS públicos para hacer triangulación (si no disponen de uno incorporado) y programar alarmas cuando se acerque a localizaciones concretas (acuérdate de comprar huevos si pasas cerca de un super, cariño)..
Si el ayuntamiento se preocupara un poco también podría subir a esa base espacial información sobre las obras que se llevan a cabo en la ciudad, duración estimada y los carriles cortados que implican, y el estado del tráfico actualizado, para que los conductores o un sistema experto puedan calcular rutas alternativas. El problema del tráfico en las ciudades modernas es importante, pero podría ser controlado utilizando cámaras web para que un sistema de visión detecte y calcule el flujo de vehículos, y algoritmos de reconducción del tráfico lo desvíen por otras rutas si está próximo a saturar las vías. Es decir, que los semáforos podrían controlarse en base a las necesidades de coches y peatones, y no necesariamente con un ritmo regular, y además podrían mostrar otras informaciones a los conductores, indicando desvíos abiertos, por ejemplo.
Deberían publicar sus cuentas de gastos detalladas para que cualquiera pueda auditarlos. Deberían publicar la agenda del día con los actos públicos programados. Se promocionarían los periódicos, radios y televisiones por internet con contenidos locales, cubriendo actos públicos, oficios religiosos, competiciones deportivas locales, sesiones del ayuntamiento, y todas las noticias que sean de interés ciudadano. También promoverían almacenes de información digital para servicio a la comunidad: docencia, investigación, documentación, hilo musical... Y un grid de computación intensiva para ejercicios importantes de diseño industrial, análisis de estructuras, predicción meteorológica o cine digital.
Por supuesto, habría teletrabajo y educación a distancia, teledocencia, proporcionando acceso a otros recursos como cursos de formación en el horario elegido, acceso a los contenidos digitalizados de la biblioteca municipal, a una pinacoteca de alta resolución, audioteca, videoteca, almacén de fotografías públicas, almacén de software... Otros servicios remotos serían la teleasistencia a enfermos en el hogar desde un centro hospitalario, o la televigilancia nocturna de locales desde una empresa de seguridad. También las empresas de nueva creación podrían recibir teleasistencia legal y contable via web por parte del ayuntamiento durante los primeros años.
Los libros podrían ser impresos cuando fueran comprados en la librería, y encuadernados al momento delante del cliente, evitando problemas logísticos de almacenamiento de ejemplares o problemas de suministros. Los periódicos y revistas podrían ser impresos en lotes pequeños, para evitar esos mismos problemas, y servidos al momento. En cualquiera de esos dos ejemplos, el precio del ejemplar estaría más relacionado con el precio del soporte (papel, tinta) que con el precio del contenido.
Me gustaría ver la red preparada para un servicio de vídeo bajo demanda, donde la televisión que se está emitiendo por canales públicos es almacenada durante una temporada y etiquetada para su búsqueda (y la publicidad es suprimida), para que se puedan consultar los capítulos anteriores de cualquier serie en el momento que se decida, o poder ver una película en directo y ver más tarde el programa que se emite simultáneamente evitando la tiranía de la contraprogramación. Naturalmente, el mismo sistema serviría para poder acceder al videoclub desde casa: pagas y te descargas la película elegida sin problemas de disponibilidad de los títulos porque no hay ejemplares físicos.
Otros servicios que pueden ser de utilidad, sería un servidor de certificados para promocionar la firma digital. Con ello se posibilitaría llevar la ventanilla única de la administración a casa, pero de verdad, realizando todos los trámites con la mayor comodidad, sin tener que hacer colas, faltar al trabajo para recoger papeles, ir a sellarlos a distintas oficinas y volver para entregarlos dos horas después acompañados de una docena de fotocopias. Tampoco habría horarios de atención al público. También facilitaría la compra por internet en el comercio local, asignándoles a una identidad virtual (apoyada en un certificado digital) una cuenta con dinero virtual en algún sitio de confianza, tal vez un banco, y promocionando los micropagos entre ciudadanos. Un ejemplo, compra e impresión de entradas de espectáculos desde casa, o billetes de transporte. O compra a distancia en comercios que lo permitan, como supermercados con servicio a domicilio.
Para el turista, mapas de la ciudad con las líneas de comunicaciones y sus horarios, guías turísticas actualizadas constantemente para llevar en un asistente personal digital, algoritmos de reconocimiento de edificios para no perderse aún sin GPS y además obtener información histórica de cualquier punto de la ciudad, o visitas virtuales a cualquier museo que no haya tiempo de visitar.
Cámaras en la calle podrían servir como apoyo a la conducción, detectando automáticamente obstáculos, peatones cruzando o accidentes de cualquier tipo, llevando en el futuro a autobuses sin conductor. También podrían utilizarlas los peatones, si hubiera balizas de posición que avisaran de peculiaridades en el camino, para conducir automáticamente una silla de ruedas, para un lazarillo electrónico para los invidentes, para un carrito de la compra motorizado para personas mayores... Aunque también pueden tener otros usos, como el reconocimiento y seguimiento automático de personas por toda la ciudad (reconocimiento de caras y ropas), para que si hay una relación de confianza una persona pueda preguntar dónde está su marido o puede pasar a modo anónimo. O serviría para que la policía pudiera vigilar que se cumplen las órdenes de alejamiento entre personas.
2 Comments:
Parece que ya hay una aproximación a la idea de listar los pisos en venta/alquiler dentro de un GIS, pero en este caso utilizando Google Maps.
Y también a los buses con GPS, de nuevo usando Google Maps.
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